Este es el fundamento básico de la creación de un albergue especializado para que las personas que por algún motivo no pueden ser internadas y tratadas en San Agustín o en alguna institución no gubernamental cuenten con un lugar digno para recibir tratamiento.

Es difícil decir con exactitud cuantas personas padecen alguna enfermedad mental en Chiapas, pero estudios de la OMS determinan que una de cada 100 personas puede padecer algún tipo de enfermedad mental, tan solo basta con darse una vuelta por las calles de las ciudades principales del estado para que encontremos algunas personas con problemas de salud mental y en estado de abandono.

Muchas de las enfermedades mentales son causadas por factores que no dependen directamente de las personas, pero que influyen y afectan directamente a la salud mental de la población, pueden ser individuales o poblacionales y algunos factores individuales pueden ser aspectos biológicos o físicos.

Los factores poblacionales son condiciones del espacio vital donde la gente vive, tiene que ver con las condiciones en que estos espacios se encuentran o son aprovechados por la gente.

Los problemas de salud mental se están incrementando a causa de factores como:

· La pobreza
· La exclusión
· El desplazamiento forzado
· El desempleo
· La violencia
· Las experiencias traumáticas
· La ruptura de redes sociales o
· La faltad e accesos estresantes a servicios sociales

También se puede considerar como contra producente los valores culturales dominantes que permiten la perpetuación de las diferencias a partir de la discriminación la, estigmatización la, pérdida del idioma o la cultura y las inequidades.

De otro lado, el acceso a ambientes sanos, a servicios sociales la distribución que equitativa de recursos, las relaciones igualitarias o la solidaridad son factores que pueden tener un impacto favorable en la salud mental. Además son determinantes de las redes de apoyo social, la educación, el empleo las condiciones de trabajo y entornos seguros y limpios.

Este proyecto pretende dar un servicio de alojamiento comunitario con los apoyos individualizados que precise cada persona, evitando en la medida de lo posible la institucionalización, servir de alternativa al alojamiento familiar cuando éste no es provisto y favorecer el mantenimiento de los lazos sociales y familiares previos.

En definitiva, supone un lugar para vivir, lo más parecido a un hogar y, en lo posible, a la medida de sus necesidades y preferencias.

La creación de este recurso pionero constituye un primer paso para poder dar cobertura de alojamiento a un colectivo que actualmente no puede acceder al mismo, se plantea al centro como una forma de alojamiento de modo que las actividades de integración, terapias y otras actividades se realicen en una área fuera de los dormitorios, teniendo el mayor parecido a un colegio para personas con enfermedad mental.

El funcionamiento de este centro, que tendrá una capacidad de 60 plazas, se enmarca en un entorno familiar lo más normalizado posible, promoviendo la participación de los usuarios en las tareas domésticas diarias y en la organización interna de la residencia. Contará, además, con un equipo multidisciplinario que proporcionará el cuidado y la atención en el marco residencial con supervisión las 24 horas.

La intervención que se ofrece tiene como referente el modelo comunitario que parte de una visión global del usuario y de su entorno, abordándola de forma integral incluyendo a los profesionales de residencia y otros relacionados.